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Había
una vez una mujer enamorada de un escritor. Por ser su musa le dio palabras
...
palabras
...
a cambio
...
de puntos
...
suspensivos.
Había una vez un mañana detrás del espejo, un pasado entre
las manos y un presente al que nadie hacía caso
Atole con el dedo
Una vez, en Fairylandia, las hadas madrinas se
declararon en huelga. Se rehusaban a cumplir deseos sin que antes se escucharan
los de ellas. Como esos cuentos no pueden contarse sin hadas, la industria
concedió sus peticiones: dos deseos al año, este cuentimio que protagonizan y
unos padrinos mágicos con quienes vivir felices para siempre.
Había
una vez una muchacha que habitaba dentro de sí
Primer día. La vi la noche de la marea más alta, salir a danzar entre la luna y
las fogatas.
Sus movimientos son gráciles y atentos a cada instante del espacio, como
emergiendo de la quietud establecida de un Samadhi.
El cuerpo se fragmenta millares de veces en tantas veces como instantes que
ocurren. Apenas va. Danza toda entera y fragmentaria para no perturbar al
vacio.
Segundo día. Música deltaica en furia improvisada.
El jazz es deltaico. Paroxismo. Una torre de guerra. Sus piernas como raíces
nudosas de un árbol descomunal parecen arrancarse de lo más hondo y lanzarse al
azar como mujeres desnudas locas del deseo. Los brazos: sus puños golpean el
aire que se quiebra. Rojo.
Tercer día. Exhausta. Cae finalmente de bruces,
huellan sus labios la tierra partida.
Su cuerpo respira a bocanadas como dibujando una
ola de los mares del sur: Antártica. Pulmones azules, tuberías luminosas, aire
fresco, aire ardiente, humedades en su rostro, en sus pechos… en su pubis. Ojos
constructores de puentes hacia nosotros, cómplices y contrincantes, coautores,
todo es eso, la envoltura se hace una y ya no es ella la que danza, sino que
“eso” lo hacía por ella.
(Meditaba y salió a la geografía deltaica y maldita
de mis sueños. Respira. Se incorpora lenta, su mirada inquebrantable me hunde
como para empezar a ver… y nos reúne, nos reúne a todos)
Había una vez un leucocito dispuesto a luchar contra el
virus de la gripe. Hasta que un compañero le dijo que un ser incapaz de dar vuelta
20 metros sobre sus pasos para recoger una bufanda, no merecía el sacrificio.
Había una vez un árbol que decidió no ser amarillo. Pensaba
que al despreciar ostensiblemente el color que el sol más le ofrecía,
proclamaría a los cuatro vientos que es posible hacer grandes cosas incluso sin
explotar hasta la última gota de los recursos que la naturaleza nos regala.
Buen
comienzo de semana!
bueh, había una vez un hombre nuestro a quien mi hermano médico supo atender.
Verán:
Supo mi hermano médico acompañarlo en sus últimos momentos....
Trabajaba en SUAT... estoy recordando mientras escribo el relato de Julio, mi
hno...
Espero que mi imaginario aparezca lo menos posible
para ser fiel a su relato, que me conmovió hasta las lágrimas...
Y entonces, era tarde y Alberto Wolf, o tal vez no
era él? , amigo de Julio, lo llama, tarde en la noche y le dice:
-estamos reunidos con Mateo en casa de...(prometo
averiguar quién) y estamos comiendo un asado...venite ya! Mateo está mal.
Conociendo, como todos, su estado frágil de salud,
tras años de vino barato suelto Julio sospechaba a qué se enfrentaba y partió
sacudido por el dolor.
Al llegar, fue suficiente una mirada para saber lo
que vendría...Sus ojos amarillos, su rostro agotado hablaban sin decir.
Tratando de disfrazar lágrimas habló con sus amigos
- "dudo que salga de ésta"
Mateo, claro...no tenía mutualista , murió pobre y
lleno de música, también lo sabemos todos....
Entonces al Clínicas urgente, pero sin ruido...no
había cama. Allá fue julio y le consiguió lugar.
Lo acomodó, le sonrió, le preguntó si precisaba
algo...
- Pibe, le dijo Mateo, ya que hiciste tantas te
pido una más. No me conseguís un pucho?
Claro que se lo consiguió al toque pero se sintió
impotente, conseguirle un pucho, gran cosa!!! para un genio gran cosa... Como
estaba a punto de largar el llanto, le dio la mano y Mateo le respondió con un
costoso abrazo ...
Cómo olvidarlo, cómo olvidar estos últimos
momentos. Pienso en mi hermano y toda esta carga emotiva.
Estaba por cerrar la puerta, entonces Mateo le
dijo: - boh, gracias, te veo mañana en la visita?
- Claro dijo julio
Pero sabía, sabía a su pesar que ya no lo vería.
Así fue, Mateo dejó de existir antes de repetir el
abrazo. Julio se mantuvo en silencio y se lo vio triste unos días.
Hoy entiendo porqué, en ciertas ocasiones que llego
a su casa, lo escucho, sentado al piano, tocando, intentando, emulando a quien
le agradeció un pucho como si de oro se tratase ...
Había una vez un baño caliente que se tiró de los
pelos...se puso el cuerpo en el fuego del living y como la garrafa de la estufa
taba en la chicoria se calentó la bebida madre de la menor de la casa tal como
si fuera el mejor asado uruguayo. Agradeció el alimento y requirió de besos
para dormir sus miles de aventuras en el día frió que pasó su hogar...la
transmisión del partido se siente a lo lejos y se comienza a mezclar la tibia
sábana con las hermosas actividades del glorioso domingo...dos cuerpos
esperando ser queridos luego de una jornada perfecta...que silencio...que
suspiros
Había una vez un rayo de sol apuntó, disparó,baleó su brazo
lo atravesó
no tocó músculos
ni huesos
solo quiso dejar
de forma brutal
su marca
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