1 jun 2013

711-720


711 Maga Uruguaya
Había una vez una destacada bailarina que dejó su pasión para integrarse al harén de dios.
Patricia Gandaria
Había una vez una mujer muy dormilona, una que dormía con siete enanos, una que regresaba a su palacio descalza después de una noche de juerga y otra que se enamoraba de una bestia, que protagonizaron cuentos y le hicieron ver a las niñas que cualquiera sea su situación podrán verse como princesas.
Rubén Pesquera Roa
Había una vez..., ¡No!, no había. No había ni princesa ni dragón ni sapo. ¡Momento!, el sapo sí estaba, mirándolo con esos ojotes desde el extremo de la cama.
Don Augusto corrió a su pupitre y se puso a escribir: «Cuando despertó...»
Pepe Fainberg
Habia una vez un hombre lejano que estaba solo dentro de su sobretodo gris. Yo lo veia venir de la ciudad por las tardes cuando ya estaba yo tomando la merienda - un chocolate dulzon sin nata y unas galletitas santa paula que siempre habia en la lata que escondia mama.
Entraba en silencio a la casa oscura y se sacaba los anteojos de plastico marron algo viejos, pegados en los bordes con cinta adesiva. Se restregaba la nariz y los ojos verdes claros y me miraba con una sonrisa cansada a la que le faltaban unos dientes en la parte inferior de la boca.
Cuando podia traia alguna revista billiken bajo el brazo y no me la daba enseguida. Recien se aparecia con ella cuando yo ya estaba en la cama y me leia con voz de tenor las aventuras de Pelopincho y Cachirula. Mientras que el leia yo miraba sus zapatos negros, ajados, de cordones finitos como su bigote.
Entonces cerraba los ojos y dejaba que su voz me transportara al pais de los suenios en donde volvia a verlo pero no como era el, sino diferente.
Como queria que fuera. 
Igual que como vuelvo a verlo ahora en mis suenios- 22 anios despues de su muerte - con un traje negro brillante, una camisa blanca y una corbata amarilla, sus zapatos en perfecto estado , muy bien lustrados y su sonrisa.... una sonrisa a la que no le falta ya nada.

Chucho Lagunes
Había una vez... Un hermoso cuento que quiso ser largo, pero la protagonista se pasó de hipster y el cuento... muy triste se dejó morir convirtiendo su triste espíritu en sólo un recuerdo... muy corto.
Charbelí Ramos Chávez
Había una vez un budrunó que vivía en Trolundá y trabajaba en. Una vez el budrunó regresaba a Trolundá y vio su barrio, Carpasspan, consumido por el fuego. Preguntó a una budruná y ella le contestó en budrunol: "Shulu retni asurix" o "Han venido a destruirnos". Fuiroso y momentáneamente envalentonado, sin saber quiénes venían a destruirlos, el budrunó tomó una chartucat y se unió a los parfutó para levantarse en armas. El budrunó parfutó murió en fuego cruzado, mientras intentaba esconderse en algún lugar, pero como encontraron su chartucat en medio de las dos trincheras, se inventaron que era el héroe del Carpasspan, muy respetado por todos, aunque perdieron la batalla.
Chucho Lagunes
Habia una vez... un amor que parecia platónico... que rebasaba fronteras, épocas y sobre todo... distancias. De esos amores tan grandes y puros que no podrian consumarse en un plano físico... tangible. Un amor que no podia etiquetarse y que seguramente seria repetido en esta y otras vidas. Esta historia es real, tan real que podria ponerle nombre y apellido. Sin embargo... es de este tipo de historias las que es mejor dejar en el anonimato. Es una historia de esas que siempre terminaran bien, aunque nunca tengan un final feliz.
Adán Pérez Guillén
Había una vez una gota que derramó el vaso que soñaba ser una tormenta en un vaso de agua.
Maria Cecilia de Antoni
Hay una vez una mujer mosaico de ciudades y pueblos italianos, que no sabe como los pedacitos se fueron uniendo tanto tiempo atrás. Habrán venido en barco y una ciudad portuaria los reunió.
Isabel Varangot
Había una vez una copa de vino, esa copa que alguna vez fue su compañera, la misma que la llevo al abismo, del cual solo pudo emerger a la luz. Fue su mirada la que un día fue dañada con aquellas imágenes, fue aquel instante donde toda su sensualidad, o sea sus sentidos, habían sido dañados. Estaban adormecidos, y ella sentía que su vida era llevada en andas. Miraba la copa y con cada sorbo ahogaba sus recuerdos, como acurrucada se adormecía y sentía que era feliz… Lloro en silencio,,, mas era su niña interior quien lloraba,,, ¿por qué a mí? se pregunto, sintió su lastima, sintió el dolor de su alma. Todo parecía detenerse por un instante,,, miro su copa y allí arrodillada casi suplicando miro al cielo y supo muy dentro que solo ella podría sanarse.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario