2 jun 2013

651-660

651 Lalo Ka
Había una vez una congregación de letras
que yendo, viniendo y cambiando de lugar 
formaban cuentos, poemas, haikus y relatos...
Se entretenían, reían, lloraban, andaban... 
y al final de la jornada,
se encendían y congelaban.
Irene Vesna
Había una vez un hombre que preguntaba: «espejito, espejito, quién es el más hermoso?». No sabía que los espejos no responden, repiten preguntas.
Maria Rosa Branco
Había una vez un muchachito portugués que quería cambiar el mundo, y se subió a un barco mercante y llegó a Brasil. La vida lo cambió a él. A los ochenta años, me contó su aventura de barcos, mares, y revoluciones, y se fue. Aún lo lloro.
A Miguel Kertesz Montevideo
Ese día, los colores se multiplicaron. Era setiembre en el sur.
Alba Maquieira
Había una vez una mujer tan triste,que vivía en un mar de lágrimas.Sintió que se ahogaba,clamo por auxilio!Desde la orilla un apuesto joven le arrojó una soga y logró 
salvarla.Emocionada ella le obsequió un beso y el joven...se transformó en sapo
Elizabeth Wojnarowicz
Había una vez un poroto muy solo y triste. Quiso cambiar la onda, entonces invitó a todos sus conocidos a su casa, los que al rato llegaron haciendo gran algarabía trayéndole de regalo dientes de ajo, cebollas, sal, pimienta y algunas cositas más... Unas horas después todos chapoteaban contentísimos y calentitos en la olla de la cocina. "LA FEIJOADA ESTÁ PRONTA!!!
Rosario Beisso
Había una vez un a veces q se juntó con un de vez en cuando. Se confabularon y crearon un siempre.
Charbelí Ramos Chávez
Había una vez un miedo que se asustó a sí mismo por miedoso.
Charbelí Ramos Chávez
Había una vez un roedor que estaba harto de sus dientes grandes. Fue al ortodoncista y se los limó. Luego se dio cuenta de que odiaba la cola y fue al cirujano plástico. "¿A quién se quiere parecer?" y el roedor contestó que a un humano. Pasó por muchas intervenciones y por un par de años en rehabilitación hasta que al fin se convirtió en un hombre. Aunque le costó integrarse a la sociedad, con el tiempo lo logró; sin embargo, cuando todos apagaban las luces, no podía evitar ponerse en cuatro patas y escabullirse en la oscuridad, silenciosamente, para buscar queso y roerlo con sus dientes razos.
Kark DelMonte

Había un hombre que viajó y viajó, atravezando sierras más sierras hasta que las vacaciones de julio se le terminaron y atrás le quedó Córdoba.

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