1 jun 2013
701-710
701 Teresa Sitjar Quijano
Había una vez un ogro silencioso, que vivía en un poroto,
que estaba dentro de una lata de conservas. Sus días pasaban en calma, mientras
esperaba paciente que plantaran el poroto y este se convirtiera en una hermosa
planta que llegara hasta el cielo. Más el destino quiso que el poroto terminara
sus días en una feijoada, entonces el ogro profirió sonidos retumbantes y
resonantes con un fétido olor.
Maga Uruguaya
(el del estribo y me largo)
Maga Uruguaya
Había una vez un revólver bajo la almohada.
Pepe Fainberg
Habia una vez un paquete de yerba de frutas pomaceas que se
habia llenado de formicidos. Estos habian construido dentro de el paquete un
fabuloso habitat en donde, entre otras cosas, se criaban onicoforos de suave
pelaje. Un dia en la casona decidimos tomarnos unos mates con tal mala suerte
que abrimos el paquete en donde estos artropodos invertebrados se habian
instalado. No nos quedo mas remedio que, al ver semejante diversidad
entomologica, volver a cerrar el envase y ponernos a chupar unos cirios.
Pasaban cosas anomalas y singulares en la casona. Digan que despues de varias
rarezas apocrifas como estas, con mi vieja nos habiamos acostumbrado a todo....
Alicia Martínez Robaldo
Había una vez un hombre que quería ahogar sus penas en
alcohol, pero las penas sabían nadar...
Patricia Gandaria
Había una vez un hombre que estaba empecinado con que no
sabía dar abrazos. E insistía el porfiado. Hasta que un día aprendió. Y claro,
tuvo que dar el brazo a torcer.
Guzmán Sánchez
Había una vez un miércoles con delirio de grandeza que se
creía viernes, el jueves era su cómplice!
Tia Maria
Había una vez un futuro que inventó una máquina para ver
que en el futuro habrá inventado una máquina para ver que en el futuro habrá
inventado una máquina para ver que en el futuro habrá inventado una máquina...
Patricia Gandaria
Hab[ia una vez una verdad pura, a la que le gustaba estar
desnuda, y la gente se impactaba, la llamaban osada, atrevida: y en cambio de
la mentira, que andaba siempre disfrazada y encubierta, no decían nada, les
parecía normal.
Tia Maria
Había una vez una mujer independente, la vida la quiso
amarrar, le hizo un grillete con 8 hijos y dos matrimonios fallidos pero ella
seguía escapándose cada tanto para volar un rato. La vida (terca como se sabe)
insistió hasta que logró atraparla a fuerza de vejez...
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