360-369
Hubo una tapia. ¿sorda? Pobre...
Había una vez un cementerio que estaba
lleno de imprescindibles, y de secretos que fueron llevados a las tumbas...
Había una vez un hombre gris, muchos
hombres grises. Todos vestían de gris, no tenían rostro. Un pintor se paseaba
entre ellos. Todos le gritaron al mismo tiempo "Dános un rostro, por
favor, lo necesitamos¡¡". El pintor se apiadó de ellos, formó parejas y
les puso un gran marco, les pidió que se pararan uno frente al otro y les
regaló no un rostro pero si otra realidad.
Había una vez una hormiga, habían
muchas hormigas negras, que en un bote de plástico paseaban obligadas y
desorientadas, algunas al agua de la batea caían, otras no se animaban a
saltar. Un niño dios con furia las trataba, olas enormes se alzaban y las
hormigas desesperadas a un frasco fueron a parar. El frasco boca abajo sobre
una piedra está, las hormigas prisioneras suben y bajan, el fòsforo encendido
que se acerca, el humo que paraliza, el fuego que consume y el plástico
derretido que abraza a las prisioneras y las fija en extrañas posturas. El niño
dios habìa terminado su obra y la contemplaba extasiado.
Había una vez un chivo que se rebeló y
renunció a dos de sus trabajos públicos más rentables: dejó de ser emisario y
expiatorio.
Había una vez una viejita que barría
las hojas con tal tozudez que un día desapareció arrollada por el viento.
Había una vez una muchacha
Que andaba por la vida
Al tiempo que andaba por dentro de su cabeza
Y se encontró por casualidad con ella misma
No sé bien si dentro o fuera
Y se asustó pero solo al principio
Pero luego se fueron las dos a tomar una orchata
Y a mirar a los chicos en la plaza de octubre.
Había una vez una idea lejana sobre lo
que quería hacer cuando por fin regresara y una idea cercana sobre lo que
quisiera hacer cuando por fin regrese.
Había una vez un
"porfavorcito" que se transformó en un "dame"
Ese día, el viento se los llevó.