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Había una vez un hogar con tres gatos:
rumba, samba y mambo... Vivían en fiesta...
Había una vez un había una vez rebelde
que no le interesaba continuar con la tradición de sus ancestros. Luego de
recibir el rechazo de sus pares,de ser considerado un descastado y un
loco,finalmente un dia lo hizo. Se fue a la gran ciudad,se presentó ante las
autoridades correspondientes y como quien acaba de escalar el Everest y
sobrevivido...dijo "Quiero cambiarme el nombre" "¿su nombre?
preguntó el funcionario. "Habia una vez" respondió había una
vez..."¿y como quiere llamarse"? preguntó con hastío...."Erase"
dijo "Erase una vez " Y justo en ese momento otro cuento comenzó.
Había una vez un padre que murió el día
de cumpleaños de su hija, y mientras los vecinos decían "qué
tristeza", ella sonrió, pensando que su padre nacía a una vida mejor...
Habia una vez una noche muy oscura tan
oscura que parecía que nada existía salvo esa oscuridad,los sonidos,los
colores,los aromas,las casas,los animales y la gente.los rostros,las
miradas.Incluso las ganas parecían no existir tampoco. El tiempo parecía
haberse esfumado ¿Cuánto tiempo había pasado,siglos o segundos? no podía
saberse a ciencia cierta....todo parecía haber sido tragado,digerido y
despojado de sentido. Pero...una pequeña luz comenzó a pasar por debajo de la
puerta,lentamente creció por las ventanas y se sentó en las sillas,encendió los
cuadros.Hasta que la atrevida,vivificadora y libertadora luz se sintió artista
y comenzó a dibujar su rostro,primero su pelo,luego su frente,sus ojos su
nariz,su mejillas, su boca.Y cuando dibujó su sonrisa,el mundo entero volvió a
comenzar.
Había una vez un cuento que se escribía
solo. Se escribía a si mismo y en esa escritura describía como se escribía a si
mismo. Al revés era la única manera que tenía de escribirse. Siempre empezaba
por el final en un recorrido hasta que por fin llegaba al principio.
Había una vez, un taxista que soñaba
con ser copiloto...
Había una vez la certeza de que todo es
por algo, pero quién sabe porqué.
Había una vez unos tacones
Muy altaneros
Muy brillantes
Una noche se probaron muchos pies de muchos hombres
Pobrecitos los tacones
Tienen onicomicosis.
Había una vez una perra que sabía
hablar, pero prefería ladrar.
Había una vez un Día nefasto, que llegó
desde el norte a un país pequeñito del sur. Tanto le gustó que se instaló allí,
y para poder quedarse recurrió a todo tipo de artimañas: mintió, violó,
persiguió, censuró, robó, destruyó, y con el paso de otros tocayos cómplices,
fue creciendo y creciendo hasta convertirse en Años. Antes de cumplir los 12,
murió. Desde entonces, hay una señora triste y un poco loca, llamada Memoria,
que deambula por las calles alzando una pancarta que dice: “Nunca Más”. Algunos
seres, nefastos como aquel Día, intentan silenciarla. Pero lo que no saben, es
que a los locos no se los puede callar, ni con un ejército de Días y de Años
nefastos….
