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Había una vez una poesía que llegó
tarde a despedir al amor que ya se había ido.
Había una vez una casa que se vendía,
se ofertaba a bajo precio, sin muebles y con muchos fantasmas sin precio que
seguìan deambulando por ella llevando los recuerdos de fragmentos de vida
pasada y a veces olvidada.
Había una vez una mujer a la que le
crecieron alas. Las llamó LAN y cuando las sintío fuertes para volar se dirigió
a cielos aztecas, ¡quería ir a bailar a Chalma!
Había una vez una calle que cambiaba de
sitio
inopinadamente, solía no irse más allá de los límites
imaginarios
del viejo barrio de fábricas, era una calle muy corta y
modesta,
Pero con ese antojo, comprensible. pongámonos en su
lugar,
causaba no poca ansiedad a sus vecinos, a sus vecinas y
a sus gatos.
Había una vez una fruta que mordió la
mesa y sorprendió la piel óxido de las palabras
Había una vez una madrugada insomne y
cuando finalmente le pilló el sueño, amaneció.
Había una be
Habia una vez una gota de lluvia
traviesa que se empeñaba en perseguir al sol para abrazarlo...siempre moría en
el intento... pero renacia para intentarlo una y otra vez
Había una vez una pareja que llevaba
tanto tiempo junta que x momentos parecían uno solo y en otros dos
desconocidos.
Había una vez una tosesita que por las
noches se disfrazaba de catarro para llamar la atención.