39-48
Había una vez una princesa que se
convirtió en bruja para poder envenenar el pasado
Había una vez una chica que soñaba con que un circo se la llevara lejos,
quería ser trapecista o equilibrista. El circo nunca llegó... Dicen que la
última que la vieron, por aquella ciudad, estaba trepada a una conrnisa.
Había una vez un gato al que le
quedaron grandes las botas, resignado salió de la zapatería y, convencido de
que no podría cambiar de profesión, el fantasma del gato tuerto volvió temeroso
al cuento de Edgar Allan Poe.
Érase que era un helicóptero que no
podía volar porque le habían arrancado las alas. Pero vino...
Había una vez un yavestruz que alguna
vez fue pez. Pero vos ya lo sabés: era uno de esos bichos que solo ves cuando
hablás al revés.
Había una vez, una vez y dos veces y
tres veces pero nunca aprendía. Era una vez muy necia.
Había una vez un príncipe feliz, hasta
que le hicieron entender que el siglo XXI nada tiene que ver con el XVIII.
Había una vez una loca que decía las
cosas más raras del mundo, y por supuesto, nadie le creía nada.
Había una vez un caballo merquero que
galopaba por las sombras de una mesa color bordó.
Había una vez un gato tan curioso, tan pero tan curioso. Que terminó
descuartizado misteriosamente en su cama mientras jugaba con su ovillo