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había una vez un periódico que soñaba
con ser un paraguas. murió empapado.
HABIA UNA VEZ UN NIÑO QUE NUNCA SE
SEPARABA DE SU PIEDRITA AZUL PUES DECÍA QUE LE TRAÍA SUERTE Y PENSABA QUE SI SE
LA OLVIDABA ,AUNQUE FUERA POR UN MINUTITO ,ALGO MALO LE PODRIA PASAR....
UN DÍA DE OTOÑO, LA PIEDRITA SE LE CAYÓ POR UNA
HENDIDURA ENTRE DOS PIEDRAS QUE DABAN A UNA CUEVA .
ESTABA EN VILLA SERRANA...DESESPERADO PIDIO AUXILIO A
UN GAUCHO MUY VIEJITO QUE PASABA POR ALL¨CON SUS CABRAS...Y ESTE FUE SU
MAESTRO...NO PRECISÓ MAS LA PIEDRITA , ENCONTRO LA SABIDURIA
Había una vez una perdida que resultó
ser la memoria de todos.
Un día, los viajeros subieron a sus
barras de jabón y se deslizaron hacia un mundo nuevo.
¡Pare la música! Un duente, así de
chiquito, sentado en un hongo rojo con lunares blancos, asomaba su nariz en
punta y olía con desdén una florcita.
Había una vez un hijo de sastre al que
todos vaticinaban un mal futuro. Él, sin embargo, era de la opinión de que todo
debía tomarse con la calma y la pausa correcta.
Había una vez una niñera que volaba, un
niño que no crecía y un jardín encantado. Después, que importa del después, ...
vino el tango.
habia una vez que se junto con otra y
con otra .....y juntas hicieron una Historia !
Había una vez un terreno baldío en mi
barrio donde vivían los Pitufos.
Algunos afirmaban que no eran azules como en las
historietas, sino verdes, y que la barba de Papá Pitufo era roja en vez de
blanca. Pero el baldío tenía un muro muy alto, tan alto que era impensable
escalarlo y saltar (o tan siquiera asomarse) al otro lado.
Sólo podíamos vislumbrar unos cuantos pastos --bastante
crecidos-- a través de la estrecha rendija que dejaba el portón.
Sin embargo, había quien se jactaba de haber estado
allí y haber hablado con los Pitufos. Aseguraba que ellos le habían encomendado
una misión.
Había una vez un . que terminó la
relación entre dos personas, y eso fue muy triste.