9 jul 2013

390-399

Patricia Gandaria
Había una vez un caballito marino que tuvo que ir al sicoanalista cuando descubrió que se había creído muy potro y en realidad era un pescado.

Charbelí Ramos Chávez
Había una vez un ocume impertérrito en Guinea. Quise que me ocultara, pero era delgado y yo, en cambio, muy obesa. Cuando me comieron los caníbales, ocultaron mis huesos anchos a la sombra del ocume. Me oculto bajo el ocume.

Marcelo Suárez De Luna
Había una vez un circo que alegraba siempre el corazón (del niño que llevamos dentro) hasta que una noche el león se morfó al domador y alegró para siempre el corazón (del mostro sensacionalista que también llevamos dentro)

Monica Sanchez
Había una vez un niño vestido de azul y con un globo multicolor en su mano derecha,de pronto la brisa sopló y al globo se le dibujó una sonrisa porque comenzó a elevarse junto al niño.Los dos eran uno y los ojos de Alex que así se llamaba el niño,no podían con tan grata sorpresa.

Andrea Sirota
Había una vez tres millones de personas un poco decepcionadas, 
que de todos 
modos iban a aguantar la respiración por 
noventa y pico de minutos, en unas horas.

Maga Uruguaya
Había una vez un laberinto y un perrito olfateando, sin decidirse por dónde ir.

Charbelí Ramos Chávez
Había una vez un chumpipito que cuando se convirtió en chumpipote sirvió de alimento en Acción de Gracias. Desde entonces, los chumpipes se declararon en huelga de hambre.

Léo Sofía Garicoïts
había una vez un hada madrina que quedo enredada en los bits y mega bits, entre windows y no windows, que tiró la estrellita y se fue a dormir...y me quedé sin inspiración mirando el blanco de mi pantalla. Si la ven ¿le avisan que la sigo esperando?

Lourdes Chávez Sandoval
Había una vez muchos hombres que amaban a otros hombres, pero le tenían miedo al odio, a pesar de que ellos solo querían AMAR.

Patricia Gandaria

Había una vez cinco deditos que se dividieron tareas, uno compró un huevito, otro lo batió, otro le puso sal, otro lo cocinó, y el pícaro gordito depues de dar unas vueltas se lo comió. Y ese cuento se volvió un clásico: unos tienen ideas y trabajan para que otros coman.