- Había una vez una adulta que se
sentía niña leyendo historias que inician con "Había una vez".
Charbelí
Ramos Chávez
- Había una vez un volcán que quería
desarrollar todo su potencial.
Gabriela
Onetto
- Había una vez un hombre imposible
que soñaba con una chica lista. Pobre sueño, pobre hombre, imposible despertar.
Irene Vesna
- Había una vez un hombre tan triste
que derribaba los muros con su nombre.
Laura Inés
Martínez Coronel
- Había una vez una viejita que barría
las hojas con tal tozudez que un día desapareció arrollada por el viento.
Lorena
Giménez
- Había cierta vez una taza iluminada
que giraba su vida loca dentro de un microondas hasta que escuchó el último de
los tres pitidos y comprendió tardíamente que su misión había sido otra.
Kark
DelMonte
- Había una vez una mujer que buscó
tanto dentro de sí, que su cabeza se asomó por su vagina.
Lourdes
Chávez Sandoval
- Había una vez un perro que esperaba
a su dueño. Y aunque él no sabía que no era un perro, y que tampoco tenía
dueño; sentarse a esperar le llenaba de esperanza.
Chava Caín
- Había una vez una vez una abuela
nerviosa y asustada, una centralita telefónica, unos niños escondidos en un
pajar y una revolución trunca. Era 1935 por el Paso Morlán.
Rudy Menéndez
- Había una vez un robot que se
encontró con una flor. La vio tan hermosa que finalmente decidió no
desconectarla.
Alejandro
Escutary Tarrech
- Había una vez una perdiz y un sapo que se adentraron en el
arte del Kamasutra.
Pero nadie sabe como esto terminó.
Andrea
Sirota
- Había una vez un cuentimio in medias
res
empezaba en la pulpa
y terminaba en el bies.
Horacio
Centanino
- Había una vez un sapo que en
silencio se bajó una botella de vino, luego... seguía en silencio y seguía
siendo un sapo.
Guzmán
Sánchez
- Había una vez una mujer que era
feliz y no se había dado cuenta.
Matilde
Martínez
- Había una vez un Prometeo que,
cansado de resistir que le comieran el hígado, rompió las cadenas, trepó al
Olimpo y lo cagó a trompadas a Zeus
Pablo
Idoyaga Fielitz
- Había una vez una mejor versión de
mí rondando por las calles: usurpó a mis amigos, se robó mi alegría y mató mi
neurosis. A veces, yo lograba escaparme un rato y volvía a ser yo, pero los
otros la preferían a ella...
Había una vez una peor versión de mí, y a menudo la
extraño.
Charbelí
Ramos Chávez
- Había una vez un café muy oscuro y
amargo, estaba cargado con nuestros remordimientos y esa noche no nos quedó más
que beberlo en silencio frente a tu cuerpo.
Tia Maria
- Había una vez una isla suspendida en
el tiempo y dos abuelos consumidos por una pasión anacrónica y nada
convencional. Sus cuerpos desnudos no tolerarían un espejo sincero, pero en el
fragor de la batalla se les hizo realidad volver a los diecisiete. Besos
intensos y abrazos de fuego consumen su invierno, desaparecen las estaciones y
bailan en un arco iris de sensaciones perfumadas y frescas.
Abidel May
Llanes
- Había una vez una nenita que se
llamaba Maravillosita. Le gustaba mucho jugar a las atrapadas. Una vez, invitó
a una amiga a jugar a su casa y jugaron todo el día.
Éste es de mi hija Julieta, de 5 años,
que también quiso participar :)
Carolina
Berta
- Había una vez una
Cenicienta que guardaba sus problemas bajo la alfombra.
Victoria
Gericke
- Había una vez una casa que fue
demolida y un hombre que todos los días pasaba a mirar las cicatrices de su
hogar tatuadas en los muros vecinos.
Rosario
Beisso
- Había una vez..., ¡No! no había. No
había ni princesa ni dragón ni sapo. ¡Momento! el sapo sí estaba, mirándolo con
esos ojotes desde el extremo de la cama.
Don Augusto corrió a su pupitre y se puso a escribir:
«Cuando despertó...»
Rubén
Pesquera Roa
- Había una vez una mujer que amaba
tanto, tanto, que siempre guardaba un gran corazón de vaca en el congelador,
por si acaso.
Sofía
Sayblack
- Había una vez una niñita que cansada
de que la madre la mandara cruzar el bosque para llevarle pasteles a la abuela
enferma en lugar de cuidarla en su casa como correspondería, y además la vestía
de rojo como para que el lobo la viera, fue a la comisaría del menor e hizo la
denuncia. Ahora ella y la abuela viven juntas, en una cómoda casa, que pagaron
con las regalías del cuento.
Patricia
Gandaria
- Había una vez un abuelo triste, una
abuela infiel, un nuevo hijo inesperado y esa maldita expresion que dijo el
vecino de enfrente: ¡éramos pocos y parió la abuela!
Pepe
Fainberg
- Había una vez una frustración que se
enamoró de un nomeolvides y dieron a luz a un hermoso rencorcito.
Tia Maria
- Había una vez una niña triste pero
con la mirada dispuesta a ver brotar una plantita en la punta de sus zapatos.
Virginia
Mortola
- Había una vez un dedo juguetón y
viajero que iba de norte a sur, de este a oeste. Ya había penetrado los lugares
más oscuros, limpiado las más saladas lágrimas y guardado los más terribles
secretos.
A pesar de los celos de sus cuatro
hermanos, era el favorito de ese cuerpo que gozaba o sufría siempre acompañado
de ese dedo juguetón y viajero.
Lourdes
Chávez Sandoval
Había una vez que se cansó de ser vez
y optó por ser una ocasión.
Ximena
Martínez Robles
- Había una vez un hombre que criaba
palomas en el fondo de su casa. Todos los atardeceres las palomas salían
volando con prisa. Los niños de la casa corrían detrás de ellas, embobados
veían a las palomas posadas sobre los brazos abiertos, los hombros y el
sombrero del abuelo, que regresaba de su trabajo. Así todos los días.
Alba
Maquieira
- Había una
vez, yo.
Monica Suárez
- Había una vez una niña de 5 años
jugando tranquilamente en la plaza, trepada a un murito, haciendo como si éste
fuese un caballito. Se acerca otra niña en una
bicicleta y le dice: "Yo tengo bici y vos no". A lo que nuestra protagonista le responde: "A mi qué me
importa; yo tengo piojos y vos no".
¡Una genia, mi hija!
Alicia
Martínez Robaldo
- Había una vez, pero ya no hay más.
Nicolás Varlotta
- Había una vez un Sísifo quien, un
buen día, se avivó de que ya no tenía que subir - una vez y otra - la
reverendísima misma piedra de todos los días.
Luego de verla caer montaña abajo, se
alzó de hombros, inspiró profundamente y descubrió a qué olía el futuro.
(Inspirado en el Prometeo de Pablo Idoyaga Fielitz).
Carolina
Berta
- Había una vez... truz.
Nicolás Varlotta
- Había una vez un padre que murió el
día de cumpleaños de su hija, y mientras los vecinos decían "qué
tristeza", ella sonrió, pensando que su padre nacía a una vida mejor.
Celia Ana
Bone Artigas
- Había una. ¿ves?
Maria
Cecilia de Antoni
- Había
una vez un piojo tan grande pero tan grande en la cabeza del niño, que no
pasaba por el peine fino y se salvó. La madre y el niño se apiadaron y lo
adoptaron. Le pusieron Eduardo. Era uno más de la familia. Dormía dentro de la
casa y usaba collar. Aprendió a dar la patita. Cuando el niño jugaba al
Minecraft, el piojo, aburrido, se sentaba en su hombro y conversaba con los
piojos salvajes de la nuca para entretenerse. Nunca se animó a hablarles del
holocausto del Nopucid y el peine fino. Flor de crápula, el Eduardo.
Irene Vesna
- Había una vez una vida, pero pasó
rápido... ¡Dios! ¿cómo fue que pasó tan rápido?
Laura
Santullo
- Había una vez un okume impertérrito
en Guinea. Quise que me ocultara, pero era delgado y yo, en cambio, muy obesa.
Cuando me comieron los caníbales, ocultaron mis huesos anchos a la sombra del
okume. Me oculto bajo el okume.
Charbelí Ramos
Chávez
- Había una vez una vez y había una
vez otra vez. Había y hay muchas veces.
Lau Ce
- Había una vez un abuelo, pañuelo al
cuello, botas de cuero, bombacha de campo y sombrero que después de almorzar se
sentaba en un tronco algo trabajado, a la sombra de algunos talas y otras
especies, a mis ojos aquello era un trono en un exótico bosque. Cuenta la
leyenda familiar y pueblerina que aquel gaucho-dandy tuvo más de cuarenta hijos.
La verdad es que fueron más
Rudy
Menéndez
- Había una vez un humano que retoñaba
cada vez que veía las flores de marzo.
Adán Pérez
Guillén
- Había una vez alguien que no sabía
que era esa vez.
Carlos
Matuk
- Había una vez un hombre con un
interruptor en la cabeza. Para irse a dormir lo apagaba. El problema era para
despertarse, si no había alguien a su lado.
Alborocio
Manuel
- Había una vez un repasador muy
especial que poseía a la mano, los dos se fundían en uno, danzaban y volaban.
Analia
Barbery
- Había una vez una luciérnaga, que se
apagó para poder ver las estrellas...
Marta-lá
Ortiz
- Había una vez una estrella que se
apagó para ver a una luciérnaga...
Inspirado en Martha La Ortiz.
Andrea Díaz
Lacoste
- Había una vez una manzana (de Adán)
cuyo único pecado fue delatar a Eva - ya que en realidad era Evo.
Adán Pérez
Guillén
- Había una vez un asesino que tenía
muchas formas de matar, una era de olvido.
Carla Käy
- Había una… ¿ves que había?
Ana Lima
- Había una vez un periódico que
soñaba con ser un paraguas. Murió empapado.
Carla Käy
- Había una vez un vaso con agua desde
el que sonreían los dientes de mi abuela...
Carolina
Filluelo
- Había una vez un hombre tan tan tan
que se volvió campana y una niñita se rió tanto tanto que el hombre, enojado,
le dijo que no fuera tantonta.
Cecilia
Cardoso
- Había una vez un sueño que todas las
mañanas salía por las calles a buscar un portador. Una vez que lo encontraba,
llamaba a la Utopía para darle las coordenadas. Ella iba registrando a esas
almas soñadoras.
Claudia De
Lisio
- Había una vez un falso príncipe que
cuando besó los fríos labios de su amada dormida en una caja de cristal, descubrió
que era necrófilo.
Cristian
Serron
- Había una vez un lazo que se hizo
nudo mil veces, para que lo desnudaran mil veces más
Daffne
Balmon
- Había una vez un olmo que regaló una
pera.
Edgar
Dattoli
- Había una vez un caballo merquero
que galopaba por las sombras de una mesa color bordó.
El Hoski
- Había una vez una mujer que se
dormía llorando. Se sentía sola, hasta que encontró un hombre con quien llorar.
Elián
Stolarsky
- Había una vez un hombre tan, tan,
tan, pero tan, tan, tan pequeño, que apenas cabía dentro de sí mismo.
Farid
Goushehguir
- Había una vez, antes de la escasez;
ahora ya no hay.
Gabriel
Varela
- Había una vez una nube de moscas
tse-tsé sobrevolando a una princesa y todo su castillo...
Gabriela
Onetto
- Había una vez un hemisferio
izquierdo y uno derecho. Los dos se enfermaron, pero cada uno de diferente
índole. Eso complicó el asunto porque vivían juntos: bajo la misma bóveda
craneal.
Gabriele
Ueberfeld
- Había
una vez un hombre al que se le secó el cerebro de leer fotografías, entonces
cambió sus ojos por un par de cristales... pero los cristales se empañan y se
rayan, así que le mandaron a usar ojosante.
Gonzalo
Perazza
- Había una vez...
un recuerdo
terco
mal enseñado del olvido.
Guadalupe
Dos Santos
- Había una vez un país esperanzado en
aclarar cosas que se despintaron de un viejo cuadro...grises, morados,
bermellones ahogados en silencio.
Había una vez un lejano país.
Gustavo
Fernández
- Había una vez un cuervo que devoró
sus ojos con un gesto distraído de violín azul
Laura Inés
Martínez Coronel
- Había una vez un amigo que era tan
pero tan tan tan que se volvió campana y no lo volví a ver....
Inés Arcos
- Había una vez una luna que no se
quería ir. Ahí seguía en la mañana siguiente, asomada a la ventana oeste,
translúcida y congelada. Entrar, no la dejé, pero le puse un platito de leche.
Irene Vesna
- Había una vez un . que terminó la
relación entre dos personas, y eso fue muy triste.
Jar Bu
- Había una vez una persona que quería
aprovechar todas las oportunidades que se le presentaban. Nunca tuvo mucha
estabilidad.
Jennifer
Romero
- Había una vez un sujeto que decía para sus adentros:
Por la mañana soy dios, por la noche el diablo y en las tardes un buen
mediador.
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