9 jul 2013

450-460

450 Pepe Fainberg
habia una vez un cetaceo cloroforme que sufria de un orzuelo altisonante. no habia medico, brujo, curandero o pillifon que le hubiera encontrado una solucion a tan nefasto y enigmatico problema. un dia, de repente e ipso facto, una sirena disfrazada de marmita saltimbanqui se le acerco y con un beso moluscular le aplico una baba de diablo que quemadermo el orzuelo altisonante hasta la samanquilla. el cetaceo quedo eternamente agradecido a la sirena. porque fue el beso? porque la marmita estaba buscando a un principe disfrazado de cetaceo para convertirlo en pure de manzanas. pero este cetaceo no era. pasan esas cosas en el fondo del mar.
y colorin colorado, este cuento se ha formulado....

451 Roberto J. Onaindia
Había una vez una invitación -solo por esta ocasión -para hacer una invitación a Maga y a todos los habiaunavezeros... : ) Somos 7 amigos blogueros gays. Cada semana tenemos un tema diferente y al ser 7, cubrimos el tema cada uno desde su punto de vista. Si alguno está interesado le invito a que nos lea y que nos sigan en facebook. Esta semana el tema es el 'Gay Pride'.

Además tendremos una semana especial de CUENTOS gays con el tema MENTIRAS donde todos los que quieran participar serán bienvenidos.. Los cuentos que nos lleguen los vamos a publicar en nuestro sitio. Si alguno está interesado le pido de favor se registren en el sitio y les doy más información.

Buen fin de semana!!! Colorín coloraoooo... esta invitación ha terminado.

452 Mercedes Rodriguez
EL OJO DE AQUELLA MUÑECA

HABÍA UNA VEZ UNA NIÑA QUE SE LLAMABA LAURA...
Laura tenía una muñeca de plástico duro, de gesto adusto,y, si no fuera por sus ojos temblorosos, nerviosos, locos, de preocupantes pestañas, parecería de una rigidez que solo la muerte se ocupa y conoce , se entiende, espero.
Una sonrisa, casi una mueca.
Era de esas muñecas que hoy asustan. Generan respeto y al cristiano deseos de persignarse.
Un día su hermano le hundió un ojo, ella trató de arreglarlo pero terminó por hacerlo desaparecer, casi, porque desde el hueco vacío, desde la negrura de la cavidad, allá en lo oscuro podía verlo como si estuviera en otra dimensión mirando alocadamente, vigilante, más vivo que nunca,dicen los testigos.
Un día le cortó el pelo con su tijera de niña, desafilada. El resultado fue un aire entre hospicio y linyera.
Entonces rara, loca y sin un ojo, Laura la descubrió una tarde en su cuarto, tirada en el piso, obscenamente despojada de parte de su ropa, mal pintada a cuadros azules, obra de un hermano nuevamente empecinado en disfrazarla. Entonces ella la bañó y así fue que pasó a tener un color de piel levemente azulado.
Cuando la mutiló sin intención y se quedó con un brazo en sus manos, y algún resorte apuntando a la nada, entonces sí, la escondió porque ella misma le tenía miedo.
Pero una fuerza perversa guiaba sus manos temblorosas al rincón del ropero, de los espectros y brumas, toditos los días y allí siempre estaba, con ese ojo que miraba desde la negrura, tambaleante y desafiante, muy, muy raro, una mirada vacía de infinito.
Con el tiempo,la creatividad de Laura dio rienda suelta a las mil pesadillas, transformando al rincón oscuro en un cuento de terror "La muñeca del ojo en el ropero".
Junto a sus amigas, abrían lentamente la quejumbrosa puerta y sentían el frío gélido del susto, la viscosidad del miedo. Cada una con una vela, el dormitorio lleno de lumbres y sombras amorfas, su ilimitada imaginación las llevaba a crear historias tan terribles que después no querían ni podían "pegar un ojo". Se quedó pensando, pegar el ojo oscuro y tenebroso,ese que nunca duerme, ese que siempre vigila.
Y sin saber cómo ni cuando se le fue pasando su entusiasmo por la muñeca dura, rígida, con un ojo y sin un brazo.
Las "Barbies" traídas por algún viajero de Estados Unidos, articuladas, perfectamente hermosas, dejaban la creatividad y los cuentos de terror muy lejos y las miradas y deseos llenitos de "esa anoréxica belleza" aburrimiento de cirujano.
La cuestión es que olvidó lentamente a su muñeca. Supuso que algún día su madre la habría regalado o tirado, ella nunca más se asomó al rincón del ropero, algo le decía que no lo hiciera ya no sentía ese morboso deseo de mirar lo no deseado o tal vez lo contrario, el miedo desplazó aquella curiosidad morbosa.
Un día el viejo ropero fue sustituído por uno más nuevo con puertas corredizas, sin chirridos ni historias, moderno, lustroso, limpio, aséptico,iluminado.

Hay días aún en que se pregunta si la "loca del Vilardebó" ,aquella muñeca del ojo vigilante que mira vacío al infinito desde la oscuridad de su hueco interior, desgreñada y sin un brazo , esos días, se pregunta, si seguirá asustando niños y seguramente, no tan niños, por ahí.

453 Maga Uruguaya
Había una vez... una foto, una pequeña foto carnet en blanco y negro. Ella tenía 18 años o por ahí. Es una foto diferente a todas las demás, en ésta mira a la cámara pero no sonríe; también tiene el pelo largo e inusualmente lacio.
Es una foto sin contrastes, los grises le dibujan el contorno del pelo, los ojos, la nariz perfecta y la fina, casi imperceptible línea de los labios.
Esa fue la foto que tuve en la billetera durante el tiempo que estuve lejos. Cada tanto la miraba. Me gustaba pensarla en ese otro tiempo, cuando todavía no había tomado las desiciones del resto de su vida. La veía pura, ajena a todo, como de otro mundo.
Tal vez es por eso que mi mente hace trampas y cada vez que intento recordar su rostro en el cajón solo puedo ver a la inocente niña de 18 años y pelo inusualmente lacio.

454 Andrea Sirota
Había una vez un sujeto, que ilusamente creyó 
que había salvado su pellejo de la addicción al 
conventillo internético.

La ilusión le duró hasta que a una Maga del Sur 
se le ocurrió convocar a una miríada de 
mentes exaltadas a hacer libres
volteretas mentales las veinticinco horas del día.
455 Lalo Ka
Había una vez una decisión tomada (borracha), 
veía todo doble, triple, borroso, 
y se le movía el piso, el viso y el rizo... 
caminando a pasos cortos, largos, inconcientes... 
llegó a una encrucijada... 
un soplo de aire frío recorrió sus huesos 
y fue entonces, una sobria indecisión.

456 Tia Maria
Había una vez una deliciosa vuelta de tuerca que volvió la realidad algo mucho más interesante

457 Mariela Valderrama Díaz
Había una vez, dos desconocidos con muchos recuerdos en común...

458 Andrea Sirota
Había una vez un perro de 
Pavlov sin glándulas salivales.

Lo despidieron por incompetente.

459 Charbelí Ramos Chávez
Había una vez un tonto que se creyó esta historia.

460 Patricia Gandaria

Había una vez una culpa que quería casarse, pero no conseguía con quién, porque todos querían que ella fuera de otro.