9 jul 2013

270-279

Gerardo Ortega
Había una vez un hombre que, luego de casarse, dejó de ser perturbado nunca más por la belleza de ninguna otra mujer aparte de su esposa.

Analia Barbery
Había una vez una niña que había recibido uno de sus mejore regalos…el mono “maní”. Nombre que hacía tributo a la nariz del muñeco. Un día la niña distraída se lo deja olvidado en la puerta de su casa, cuando regresa…el mono ya no estaba. La niña muy triste se lo cuenta a su madre, quien le dice que si lo desea muy pero muy fuerte su regalo seguramente aparecerá.
Pocos días después, mas precisamente el 6 de enero, encuentra un regalo en el árbol, lo abre…y era su mono “maní”!! la niña feliz lo abraza fuertemente!!!. 
(lo parió que hacían malabares los reyes antes no??!!)

Andrea Díaz Lacoste
Había una vez un hombre solo, que vivía en la montaña. Su amada murió siendo ambos muy jóvenes. El se tatuó alas de ángel en la espalda y permaneció virgen... hoy es uno de los seres más bellos de este planeta...

Carla Käy
Había una vez un asesino que tenía muchas formas de matar, una era de olvido.

Alicia Martínez Robaldo
Había una vez una niña muy pobre a la que nunca le habían festejado su cumpleaños.
Un año, su padre decidió -con gran esfuerzo- hacerle una fiesta, a la que irían todos los niños del barrio. Ese día, el padre lo pasó haciendo sandwiches "como de confitería" (decía él) y su madre limpiando y organizando la casa.
A la hora indicada, la niña esperó y esperó, caminando de una esquina a la otra de la cuadra, pero nadie acudió a su fiesta. Nunca supo porqué. Ella se entristeció mucho por todo el trabajo que había pasado su padre, y la ilusión que le hacía a él darle esa fiesta. Más tarde, siendo ya una mujer, mientras confeccionaba las tarjetitas de invitación para el cumpleaños de sus hijos, se le ocurrió que tal vez, a su padre se le había olvidado hacer la invitación a la fiesta, de tan ocupado que estaba con los sandwiches...

Matilde Martínez
Había una vez una vejiga que sacó hora para el médico a la hora del partido de Uruguay.

Maria Cecilia de Antoni
había una vez una nena que vovió a su casa con una mariposa verde en la cara, pero cuando abrió la puerta se encontró con la noticia de que el MAR no estaba en la casa. ¡qué difícil fue sacar la mariposa! jabón, cremas, quedaba su rastro. Días después el MAR se había convertido en cielo. La mariposa desapareció dando sus últimos aleteos, pero el MAR aún no se va de su rostro
Ricardo Capurro
En estos dias les contare que hubo una vez una muchacha que bailaba dentro de si. Necesito unas horas mas. La vi este martes en su fuga al exterior. Medita, respira, y al fin sale para ver, para vernos. La envoltura se hace una, y ya no es ella la que baila, sino que “eso” lo hacía por ella.

Marcelo Suárez De Luna
Había una be que conoció a una ve, y tuvieron una doble ve. Entonces b pidió un ADN.

Rudy Menéndez

Había una vez una culpa tan gorda que inmovilizaba, la acompañaban varias culpitas que la alimentaban y reverenciaban y hasta querían asemejarla en corpulencia, aconteció una gran crisis que acabó con esta tiránica monarquía, la resplandeciente democracia mental ya no alimentó a estas parásitas que hoy andan por ahì, flacas y deslucidas mendigando pecados y religiones.